El autor Paolo De Vincentiis, a través de su primera autoproducción, nos abre las puertas de su caos, guiándonos hacia el nuestro.
Como cuando sales de casa por la mañana y te encuentras con un pajarito buscando comida y de repente te catapultas a su mundo dándote cuenta de que eres parte de algo mucho más grande. Esto es probablemente parte de lo que indaga Paolo De Vincentiis en su colección de poemas y pensamientos titulada "Fruto del Caos", próximamente a la venta.
Su investigación parte ciertamente de una visión introspectiva y personal pero se ensancha casi para querer recomendar a quienes leen. Nos recuerda estar vivos pero también de paso, el vínculo con la naturaleza es sin duda uno de los hilos conductores que une los poemas, casi diría la balsa que nos permite recorrer el río de las palabras.
En todo caso, no quiero desvelar mucho entonces, añado las "cuestiones prácticas" y la información necesaria para quien decida navegar por estas páginas. Los poemas, que desarrollan las perplejidades y profundidades del autor, van acompañados de citas y aforismos de todo tipo, desde la música hasta la literatura, además las páginas están coloreadas con hermosos mandalas dibujados a mano por Alexandra Iachini, que amplían los significados expuestos en los versos y también creando esa sensación de asombro óptico, necesaria en este proceso de apertura a nuevos puntos de vista.
Entre las páginas se pueden encontrar fotografías de lugares, paisajes y animales que inspiraron directamente al autor y que forman parte de su vida; entiendes el vínculo con la tierra y con lo que la rodea.
El encanto de la naturaleza resuena con fuerza entre las páginas, entendida como algo infinito que asombra continuamente los sentidos, que puede ser guía y maestra para todos los que la habitan pero también un despertar estremecedor y oscuro que muestra la fugacidad del hombre y de este. que lo rodea, como también nos enseñó Leopardi.
La introducción y los gráficos.
La introducción es de Leonardo Lavalle quien, como lo reitera el mismo Paolo De Vincentiis, es su amigo, hermano y compañero de aventuras; una introducción diría curiosa e interesante porque te prepara para lo que vas a encontrar al leer, pero al mismo tiempo muestra el vínculo de dos personas que han compartido experiencias importantes.
Los gráficos son de Regalino De Vincentiis, también una persona muy cercana al autor que, aunque de manera más silenciosa que las otras figuras que han contribuido, ciertamente ha influido en la forma del libro, dándole la oportunidad de convertirse en tal.
Consejos y conclusiones
Recomiendo leer esta colección porque, en primer lugar, desplaza nuestra atención hacia algo que a veces perdemos totalmente de vista, quiénes somos; nos impulsa a reflexionar sobre por qué estamos aquí y si sobre todo somos felices con lo que somos porque, al fin y al cabo, estamos de paso y las cosas materiales no son más que una felicidad de reserva.
Aprecié mucho la visión propuesta por el "Fruto del Caos" porque mira la interioridad humana sin volverse antropocéntrica, como se hace a menudo en el siglo XXI; parece como si el autor nos quisiera decir: sí somos importantes pero importantes porque somos parte de algo más grande, de un caos infinito y nosotros, como seres generados por este, llevamos una parte inherente a nosotros, una memoria ancestral que nos se puede acceder a través de muchas y diferentes puertas.
Además, la colección, al ser un conjunto de pensamientos, citas, dibujos y fotos, también deja espacio para otro enfoque de lectura; ciertamente se puede leer de un tirón pero también se presta a ser abierto en cualquier momento para ser leído en cualquier página, para darnos una “máxima” o simplemente para recordar mirar alrededor y experimentar todas las emociones posibles.
Giorgia Crescia.
