La vida es una paradoja, nos advirtió Carl Jung. Puede ir desde el sufrimiento más profundo hasta la alegría más grande, por lo que debemos prepararnos para enfrentar los momentos más difíciles, esos que tienen el potencial de destruirnos. Y tenemos que tratar con ellos con la mayor calma posible para que no descarrilen nuestros objetivos y nos hagan tocar fondo emocionalmente. Para desarrollar una fuerte resiliencia, es posible que necesitemos cambiar algunas de nuestras actitudes y patrones de pensamiento, reemplazándolos con intuiciones más adaptativas.
Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma
Jung pensó que “Quien no aprende nada de los hechos desagradables de la vida obliga a la conciencia cósmica a reproducirlos tantas veces como sea necesario para aprender lo que enseña el drama de lo sucedido. Lo que niegas te somete; lo que aceptas te transforma”.
Cuando las cosas van mal, nuestra primera reacción suele ser la negación. Es más fácil ignorar el desastre que sumergirse en sus secuelas. Pero Jung también advirtió que “Lo que resistes, persiste”. El creía que “cuando una situación interior no se hace consciente, aparece exteriormente como destino”.
Aceptar la realidad, hacer un balance de lo que está pasando, asumir la responsabilidad y reconocer el error es fundamental si no queremos caer en compulsión a repetir; es decir, volver a tropezar con la misma piedra. No importa cuán difícil sea la situación, solo podemos cambiarla cuando somos plenamente conscientes de sus implicaciones.
Debemos recordar que “Incluso una vida feliz no puede existir sin un poco de oscuridad. La palabra alegría perdería su significado si no estuviera equilibrada por la tristeza. Es mucho mejor tomar las cosas como vienen, con paciencia y ecuanimidad". como recomendaba Jung.
En todo caos hay un cosmos, en todo desorden un orden secreto
La adversidad no suele venir sola, la incertidumbre y el caos son sus acompañantes. Si no sabemos cómo afrontarlos, suelen generar una enorme angustia interior. Jung observó que “Para muchos de nosotros, incluido yo mismo, el caos es aterrador y paralizante”.
Sin embargo, también pensó que “en todo caos hay un cosmos, en todo desorden un orden secreto”. Su teoría psicológica era muy compleja. Jung estaba convencido de que el mundo estaba gobernado por un caos determinista; en otras palabras, incluso los comportamientos y eventos aparentemente impredecibles siguen patrones, incluso si no podemos verlos al principio.
Por supuesto, no es fácil aceptar que no siempre tendremos control sobre nuestro futuro y que el mañana no se dibujará con los mismos colores que hoy. Pero debemos aceptar que lo impredecible y lo caótico son ingredientes intrínsecos de la existencia misma. Resistir la incertidumbre solo aumentará el estrés y la angustia.
“Cuando surge una situación de vida violenta que se niega a encajar en los significados tradicionales que le asignamos, se produce un momento de ruptura […] Sólo cuando todos los soportes y muletas se han roto y no hay apoyo que nos ofrezca la más mínima esperanza de seguridad, podemos experimentar el arquetipo que hasta entonces había permanecido oculto tras el significante". escribió Jung.
De hecho, si miramos hacia atrás para ver los obstáculos que hemos superado, podemos mirar lo que sucedió con otros ojos e incluso encontrarle sentido a lo que una vez nos pareció caótico y desordenado.
Las cosas dependen más de cómo las percibimos que de cómo son en sí mismas
De las muchas cartas que escribió Jung, una es particularmente interesante porque responde a un paciente que le pregunta cómo "cruzar el río de la vida". El psiquiatra respondió que realmente no hay una forma correcta de vivir, sino que solo hay que afrontar las circunstancias que el destino nos presenta de la mejor manera posible. “El zapato que le queda bien a uno le queda apretado al otro; no hay una receta de vida que sirva para todos los casos”, el escribio.
Sin embargo, también explicó que “las cosas dependen de cómo las vemos y no tanto de cómo son en sí mismas”. Jung subrayó el grado de dramatismo que nuestra percepción añade a los hechos y que acaba aumentando exponencialmente la angustia y el malestar que generan.
Por eso, cuando navegamos por las aguas bravas de la vida, debemos tratar de no dejarnos llevar por la inercia de las preocupaciones y el catastrofismo, porque esto solo aumenta el riesgo de que perdamos el control de nuestras emociones. En cambio, deberíamos preguntarnos si existe una forma más objetiva, racional o positiva de ver y afrontar lo que nos está pasando.
Para recuperar la confianza en nosotros mismos, necesitamos agregar luz a nuestras sombras, como diría Jung, por lo que debemos dejar de percibir los problemas a través de la lente de nuestros miedos e inseguridades para comenzar a desarrollar una perspectiva más objetiva y equilibrada.
No soy lo que me pasó, soy quien elijo ser
Cuando estamos atrapados en la adversidad, es fácil dejarse llevar por la corriente. Cuando las cosas van mal, es difícil ser optimista. Y cuando el mundo va por un lado, es difícil ir por el otro. Pero Jung nos advirtió que no nos dejemos llevar, sino que tengamos siempre presente la persona que queremos ser. escribió sobre eso "El privilegio de toda una vida es convertirte en quien realmente eres".
Para mantener la calma en días de inestabilidad y presión interminable, lo mejor es mirar hacia adentro y no enfocarse demasiado en el ruido que nos rodea. Dentro de nosotros residen las verdades, el camino y nuestras fortalezas. Buscar respuestas en el exterior puede tener un efecto más desestabilizador.
Como Jung escribió en una de sus cartas, “si quieres seguir tu propio camino individual, recuerda que no está prescrito y que simplemente surge por sí mismo cuando pones un pie delante del otro”. Son nuestras decisiones frente a las circunstancias las que crean el camino.
Podemos aprovechar ese momento oscuro para saber quiénes somos y qué queremos lograr. Podemos utilizar la adversidad como trampolín para fortalecernos. En última instancia, somos lo que hacemos todos los días, no lo que solíamos ser. Así que al final podemos decir: “No soy lo que me pasó, soy lo que elijo ser”, como dijo Jung.
la entrada Los consejos de Carl Jung para mantenerse a flote en las aguas turbulentas de la vida lo publicó por primera vez Rincón de la psicología.
